


Efectos y consecuencias de conducir con estrés
Para conducir de forma segura es recomendable mantener el autocontrol. ¿Cuántas veces nos hemos subido a un coche de un familiar o amigo tranquilo por primera vez y descubrimos que se desquicia con facilidad? Pues el estrés al volante es más común de lo que piensas, ya que intervienen numerosos factores que lo desencadena. En primer lugar, desentrañaremos los distintos tipos de estrés y sus condicionantes. Amaxofobia o miedo a conducir es muy común en personas que pasan mucho tiempo sin coger un coche, falta de seguridad en uno mismo, etc. Trauma producido por la presencia o sufrimiento de un accidente de tráfico de carácter grave. Ser novel también genera mucho estrés y no se coordinan bien los distintos movimientos que requiere una conducción normal. Nuestros hábitos de vida tanto en el ámbito personal, como en el trabajo influyen en la descarga de los nervios acumulados al volante. Condicionantes del tráfico, como puede ser atascos en horas punta, falta de señalización, que los demás conductores no respeten las normas de conducción, etc. Una vez sabemos de dónde proviene nuestro estado de ansiedad y nerviosismo, podremos atajarlo de diferentes maneras. Cuando conducimos estresados, podemos perder el control del vehículo fácilmente, debido al aumento de velocidad, el poco respeto de las normas de circulación y con los demás conductores. También se da un condicionante en verano, y es que el aumento de la temperatura ambiente, así como la del interior del coche produce un estado de desesperación que deriva en ansiedad por llegar antes a destino. Por otra parte, manejar el coche cuando estamos muy cansados hace que aparezcan los síntomas...
¿Cómo afecta a la conducción el “efecto túnel”?
Todos habremos oído hablar del efecto túnel en la conducción. Aunque pueda parecer que el efecto túnel, por su nombre, sea una especie de iluminación excesiva cuando abandonamos un túnel o, que cuando entramos en él, se nos queden unos rayitos de luz en los ojos por el cambio de luz, hemos de decirles que no. El efecto túnel tiene relación directa con la velocidad a la que circulamos, es decir, a mayor velocidad, menor visión periférica, ya que, inconscientemente, la vista se concentra en lo que tenemos delante y en un ángulo pequeño. Como el ángulo de visión se reduce con el aumento de velocidad, a una velocidad de 135 kilómetros por hora, nuestra concepción se asemeja a estar dentro de un túnel. ¿Qué consecuencias tiene? Aparte de la menor velocidad de reacción, no tener la concepción de lo que ocurre a nuestro alrededor puede ocasionar un accidente de considerables consecuencias, ya que al no tener tiempo de “mirar a los lejos y a los lados”, cualquier circunstancia anómala en la carretera puede resultar fatal. ¿Te parece insuficiente para tenerlo en cuenta? Y es que los estudios realizados al respecto dicen que, circulando a 65 kilómetros por hora tenemos un ángulo de visión de 70 grados. En cambio, si lo hacemos a 100 km/h, el ángulo de visión es de 42 grados. Para aquellos que por la autopista circulan a 150 km/h, aparte de consumir más gasolina, su ángulo de visión es de solo 18 grados, por lo que solamente ves lo que está justo delante y a poca distancia. Por último, queremos resaltar que una visión reducida...
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