Porque son nuestro punto de apoyo en la carretera, porque sin ellos en disposición, nuestra seguridad no está a salvo. En Autoescuela Weyler te presentamos la trilogía de los neumáticos; y empezamos por la presión. Porque, ¿sabías que el 54% de los conductores españoles conducen con una presión incorrecta?
Si ya el tema era importante, se torna más cuando sabemos que conducimos con una presión que afecta directamente a la seguridad de todos y, también, a la duración de los neumáticos.
Todo viene de fábrica. Los ingenieros, tras muchas pruebas, deciden homologar distintos neumáticos para cada modelo, atendiendo a criterios como el rendimiento o el tamaño. Los más importantes son, sin embargo, el peso y la velocidad.
De cualquier manera, una vez dictaminados por el fabricante cuáles son los niveles perfectos de presión, los conductores podrán encontrarlo, por lo general, en el interior de la puerta de acceso al tanque de gasolina, en el marco de la puerta del conductor, en el manual del vehículo o, incluso, en el compartimento del motor. Hoy en día, internet o una llamada al concesionario nos puede solucionar el problema en cuestión de minutos.
Una vez localizado, te encontrarás con dos indicaciones: una para vehículo muy cargado o en autopista y otra para carga común. Existen modelos de coche que tienen presiones diferentes en las ruedas delanteras y traseras. ¡Tenlo en cuenta!
Lo ideal, es comprobar esta presión en frío. Si tienes que hacerlo en mitad de un viaje de carretera, debes añadir 0.3 bares a la presión indicada. Recuerda que, en caliente, nunca se debe reducir la presión por debajo de la indicada.
Niveles de presión
Cuando los neumáticos están poco inflados, pueden calentarse y reventar en cualquier momento. Esta baja presión también afecta al desgaste de la banda de rodamiento, aumentando el consumo de gasolina.
Por el contrario, llevarlos más hinchados de la cuenta tampoco es positivo. En este caso, la banda de rodamiento se verá afectada, aportando menos estabilidad al circular por una calzada en mal estado.
Para que todo esté correcto, lo mejor es revisar la presión al menos una vez al mes, más si hay cambios bruscos de temperatura. Cuando pongas gomas nuevas, no te ahorres lo poco que valen los tapones de las válvulas: ¡son imprescindibles –y muy baratos!
También es importante que la rueda de repuesto la tengas inflada al máximo permitido ya que, con el tiempo, se producen pérdidas de aire. Si llevas caravanas o remolques, no te olvides que la carga es distinta. Por lo general, se recomienda aumentar en frío hasta 0.4 bar respecto a los que dice el fabricante.
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