¡Mima el aire acondicionado de tu vehículo!

El peor enemigo del aire acondicionado es la humedad, con la llegada del verano ya es hora de revisar el vehículo para evitar complicaciones a la hora de conducir durante las vacaciones. En las épocas de invierno, que no se usa el aire acondicionado, es posible que se haya descargado y tengas que volver a recargarlo mediante el mecánico o por ti mismo.

La carga se hace a través de una estación de carga de aire acondicionado, esto depende del modelo del coche, porque no todos llevan la misma cantidad de refrigerante y aceite, entre algunas otras cosas. El elemento principal de que el aire acondicionado funcione correctamente es el filtro de polen, con el tiempo, se ensucia y filtra cada vez menos.

¿Cómo cargar el aire acondicionado?

1. Conectar las mangueras de alta y baja presión al circuito del vehículo.
2. La máquina empieza a limpiar y a recuperar el gas y el aceite viejo.
3. Comprobar que no hay fugas en el circuito.
4. Realizar carga de gas y aceite.
5. Comprobar si el aire acondicionado funciona perfectamente.

¿Cuándo cargar el aire acondicionado?

Existen muchas variables para decir una fecha exacta de cada cuanto revisarlo, los expertos recuerdan que, un coche no pierde casi nada del líquido refrigerante que recorre el circuito del aire acondicionado, supone esto que, salvo que el vehículo haya enviado otras alertas (fugas, poco caudal o poco frío), lo recomendable es revisar el estado del mismo, aproximadamente cada 5 años. Todo depende del uso que le demos, porque existen zonas donde seguramente ni haya q revisarlo, porque ni se utiliza.

Es un componente que durará muchos años sin ningún inconveniente, a no ser que se le dé un mal uso del mismo (mucha humedad, el filtro en mal estado,…)

¿Por qué hay que cargar el aire acondicionado?

El sistema se basa en un enfriamiento del aire mediante un sistema de intercambio de calor dentro del vehículo. Es muy importante cargar el aire acondicionado ya que se trata de un circuito cerrado en el que se encuentra un gas que se enfría mediante una serie de procesos mecánicos que le hacen cambiar de estado (gas a líquido y viceversa).

En la zona en la que el gas se enfría, hacemos circular el aire de ventilación del coche, con lo que se consigue un intercambio térmico que enfría éste último. Ese aire enfriado es el que sale por los conductos de ventilación del vehículo.