¿Cuánto llevas al volante? ¿Uno, dos, quince años? Dicen que la experiencia es un grado y tu llevas miles de kilómetros a tus espaldas. No hay secretos, piensas. Pero no. Cuanto más tiempo llevemos con ello, más malos hábitos habremos adquirido. Y esto afecta a nuestra seguridad
Por eso hoy te invitamos a recapacitar, a hacer autocrítica, a recordarte que la automatización de la conducción para nuestras mentes nos hace perder la atención. Porque bajar la guardia es algo que puedes lamentar para siempre. Nada de móviles, nada de distracciones.
Las diez y diez al volante
Cuando llevamos mucho tiempo conduciendo, se nos olvida de que las manos al volante tienen, académicamente, forma y hora. Pecamos, en ocasiones, de girar con una mano, dejar la otra en la palanca de cambios o apoyarla bien cómoda en la ventana. Por la naturaleza de nuestras articulaciones, estamos cometiendo un error que afecta a nuestra capacidad de reacción.
Los límites de velocidad existen
Nos creemos que, por experiencia, los límites de velocidad no van con nosotros. Nos los saltamos, los ignoramos…e incluso hablamos de que son sólo para nóveles. Pero todos los conductores convivimos en la carretera y a la hora de tener un accidente, podemos estar implicados. Nadie te preguntará cuanto llevas conduciendo cuando te llegue la multa…
La distancia se llama de seguridad
Sí, se llama de seguridad y afecta al a misma. Por muchos kilómetros que hayas recorrido, la distancia de seguridad tanto lateral como frontal ha de ser respetada. Un frenazo no te deja a salvo ni con 30 años de carnet. ¡La física es la física!
Olvidos gratuitos
Se nos olvidan los intermitenes, la luz. Invadimos carriles sin necesidad alguna y nos olvidamos, a todas todas, de la educación en seguridad vial que hemos recibido. Acciona la palanca de la memoria: las reglas están para cumplirse.
Piques innecesarios
¿Cuántas veces has visto dos coches compitiendo en plena autopista?¿En cuántas ocasiones te has topado con alguien bloqueando un adelantamiento en un carretera convencional?Dejar la prepotencia a un lado se convierte en vital a la hora de salvar nuestras vidas al volante.
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