La Dirección General de Tráfico, en su lucha contra los accidentes de tráfico y en su intento por mejorar el estado general de los vehículos que circulan por la red de carreteras del Estado, nos recomienda 10 hábitos para mantener nuestro coche saludable durante más tiempo.
- Pisar el pedal del embrague al arrancar.
Ahora mismo, los vehículos nuevos no pueden ser arrancados sin pisar el embrague a fondo, pero si dispones de un coche con unos cuantos años de antigüedad, pisar el embrague ayuda a que no se muevan los engranajes de la caja de cambios y del disco de embrague, alargando la vida de éstos.
- Arranca, pero no aceleres.
Aparte de no ser necesario, es perjudicial, ya que el vehículo, al pisar el acelerador, está enviado carburante que no es quemado por no estar el coche en movimiento. Además, el motor, sufre mayor desgaste de sus piezas fundamentales porque no le ha dado de tiempo de lubricarse correctamente.
- No dejar pisado el embrague.
Muchos conductores tienen la costumbre de, durante todo el trayecto, dejar el embrague pisado. Pues bien, hay una pieza, que se llama “cojinete de empuje” que, en vez de durar unos 6 o 7 años (10 en conductores que tratan con mimo el embrague), su duración se reduce considerablemente hasta los 3 o 4 años, teniendo que cambiar el kit del embrague completo, con todo lo que ello conlleva.
- Manos en el volante.
Si llevamos una mano en el volante y la otra sobre la palanca de cambios, con el tiempo, los engranajes se van deteriorando debido a la presión que, sin querer, ejercemos sobre ésta, lo que resta prestaciones a la palanca de cambios y se hace más difícil cambiar de marcha.
- Repostar antes de llegar a la reserva
Hacer uso continuo de la reserva puede provocar daños en el motor y en los inyectores de gasolina. Esto se debe a que el combustible tiene impurezas que se alojan en el fondo del tanque y, si hacemos de todo el tanque, esas impurezas llegan a los inyectores y al motor, pudiendo causar daños graves y económicamente costosos.
- No impactar contra los bordillos
Recomendamos no aparcar con la rueda subida a una acera o chocar contra ella a la hora de estacionar, ya que los reglajes de la suspensión se pueden modificar, haciéndose la conducción menos segura.
- Frenar poco a poco.
Si siempre tendemos a frenar en el último momento, tanto los discos como las pastillas de freno se deterioran antes de lo previsto y, la seguridad en la conducción se ve altamente reducida. Recomendamos asimismo frenar mediante la reducción de marchas y llevar una conducción preventiva a velocidad moderada.
- Girar el volante de forma moderada
Aparte de que los volantazos son poco seguros para la conducción, hacer girar el volante del todo (hacer uso de las dos vueltas y media), acaba perjudicando a la dirección y suspensión del vehículo, acortando la vida útil del vehículo en condiciones de máxima seguridad.
- Conducción pausada
El estilo de conducción determina el desgaste del vehículo. Conducir un coche con continuos acelerones, frenazos y movimientos inesperados del volante reducen la vida útil de las piezas del coche y se deteriora en un espacio más corto de tiempo. Además, este tipo de conducción gasta el doble de combustible (medido en litros cada 100 kilómetros).
- Usar el punto muerto
Cuando hagamos una parada momentánea, de más de un minuto y medio, es recomendable usar el punto muerto y retirar el pie del embrague, sobre todo para alargar la vida del collarín de embrague y retrasar el cambio del kit completo.
La mejor manera de ahorrar con el mantenimiento del coche y de mejorar nuestra seguridad al volante es cuidar de los elementos y piezas del vehículo de manera activa, poniendo de nuestra parte y revisando, en un taller homologado y especializado, aquellas piezas fundamentales que requieran un seguimiento periódico.
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