Aunque cada cual siempre expone sus razones, desde Autoescuela Weyler creemos que la convivencia entre conductores y ciclistas es posible. Para ello cada uno debe respetar el lugar del otro y, nunca está de más, echarle un ojo a estos consejos. Al fin y al cabo, muchos ciclistas son conductores, y viceversa.
Y es que no queremos seguir leyendo malas noticias en los periódicos, ni viendo videos de disputas en Facebook. Señores conductores, para ustedes, ¡las siguientes reglas básicas!
– Mentalízate: cabemos todos en la carretera. Los ciclistas, como los tractores o los camiones de basura, no son el enemigo a batir. Si los ves, no desesperes. Adapta tu velocidad y permanece paciente.
– La pita tiene utilidades, y advertir de nuestra presencia es una de ellas. Pero sólo para avisar y no para increpar. Un toque corto nos ayudará a salvar vidas si creemos que no nos han visto.
– Las líneas continuas se pueden saltar si es para adelantar a un ciclista o un grupo de ellos. Fíjate bien que no venga nadie de frente. La visibilidad, en estos casos, lo es todo.
– La regla del metro y medio para adelantar está bien pero, si tenemos más, ¿por qué no lo aprovechamos y evitamos que un bandazo acabe con una desgracia?
– Unidad es lo que se considera una hilera entera de bicis. Si te encuentras varias en una rotonda, debes esperar al paso del grupo.
– Los imprevistos existen y, por ello, es mejor conducir pensando que cualquier cosa puede pasar. Los arcenes se acaban, en la carretera puede haber obstáculos…La distancia de seguridad y cinco sentidos bien activos son tu mejor apoyo.
– Cuatro ojos ven más que dos. Si vas con alguien, invítale a que te ayude a cerciorarte en stops o cedas al paso. Si vas solo, mira dos veces.
– Aunque parezca mentira, te lo tenemos que recordar: ¡usa los intermitentes!
Pero eso no es todo. El ciclista debe ser consciente de que, por el vehículo que lo transporta, es el más débil de la carretera. Por eso, si te apasiona ir sobre las dos ruedas, una serie de normas nos ayudarán a todos en la convivencia.
– Vas al volante y por ello, es imprescindible que mires dos veces. Los coches siempre vienen siempre más rápido y antes de dar una salida en falso, es mejor mirar, volver a mirar y luego arrancar.
– Usa ropas visibles. Los colores claros o muy llamativos harán que se te vea mejor desde cualquier punto. Si quieres aumentar esa visibilidad, monta una luz en la trasera de tu bicicleta.
– Los auriculares, además de no ser legales, te impedirán escuchar si alguien se te acerca. ¡Descártalos siempre!
– A la hora de realizar un paseo o entrenamiento, elige la calzada más adecuada. Siempre será más segura una frecuentada por colegas con bicis, que no acumule demasiado tráfico y que tenga bastante visibilidad. ¿Para qué arriesgar?
– Ir de uno en uno y pegados al margen derecho de la carretera es siempre la opción más segura. En cualquier momento podemos encontrarnos una curva ciega en la que, por mucho que quiera, para el conductor sea imposible frenar.
Aunque todos estos consejos son útiles y nos ayudarán a convivir de una mejor manera en las calles de nuestra isla, lo más importante es la empatía: de los conductores, de los ciclistas. Todos nos debemos proteger, y, sobre todo, proteger a quien va sin el escudo que te da un vehículo. No entorpecernos, comprendernos y respetarnos nos llevará al éxito. Al fin y al cabo, todos queremos volver sanos y salvos a casa.
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