Es época de realizar más desplazamientos, además de los rutinarios, como ir al trabajo, al supermercado y demás, se unen los eventos sociales y compromisos familiares, centros comerciales, planes improvisados de paseo, etc.

Una de las maniobras que más hacemos es la de aparcar, ya que cada vez que movemos el coche de un lugar a otro, éste debe quedar estacionado.

Existen diversos estudios y estadísticas acerca de los siniestros que se producen mientras aparcamos o realizamos maniobras de estacionamiento. En un país como Reino Unido, ocurren alrededor de mil siniestros al día en estas circunstancias, y suelen ser los conductores más jóvenes los causantes de dichos contratiempos.

Una de las consecuencias de aparcar mal es que nos pueden rozar o golpear el vehículo, o en la maniobra de aparcamiento, dañar el vehículo que ya esté estacionado o circulando por la vía.

Tambiéparkingn es posible, en alguna de las maniobras, atropellar a un peatón, ya que, en un espacio como parking, garajes y demás, se puede dar un siniestro por falta de revisión de los espejos retrovisores.

Ahora bien, una vez ocurrido el siniestro, ¿quién tendría la culpa?.

Aunque muchas veces sea difícil dilucidar quién fue el vehículo culpable, se presupone que tiene la culpa el coche en movimiento y el que se estaba incorporando a la vía. Por lo tanto, y para entendernos, “el que se mueve, paga”.

Esto tiene varias excepciones. Una de ellas es que el coche al que rocemos o dañemos estuviera mal estacionado invadiendo nuestra plaza. En este caso, la culpa recaería en el vehículo en estático.

Cuando dos vehículos están en movimiento, la responsabilidad recaería sobre el que estuviera realizando la maniobra (incorporación a la vía).

En el caso de un atropello, la culpa sería del vehículo salvo si se demostrase que el peatón hubiera incurrido en una imprudencia o negligencia.

Una vez sabemos las consecuencias, como autoescuela, les vamos a dar unos pequeños consejos útiles para aparcar correctamente.

  • Indicar la maniobra mediante los intermitentes y con antelación.
  • Dejar el vehículo lo más cerca del bordillo posible sin subirse en él.
  • Evitar aparcar “al golpito”.
  • Dejar las ruedas rectas, salvo en caso de aparcar en una pendiente, que se dejarían en dirección al bordillo.
  • Aparcar “de culo” en el caso de hacerlo en batería (nos permite salir con máxima visibilidad)
  • Dejar espacio por los lados para no entorpecer la entrada del conductor del otro coche.

Hoy en día, los vehículos nuevos vienen con un sistema de asistencia y ayuda al aparcamiento integrado. Ya sea con una cámara trasera o con una cenital, los vehículos vienen dotados con unos sensores de obstáculos que nos avisan de su proximidad.

Otros coches vienen con una asistencia al aparcamiento más avanzada, ya que con solamente cuadrar el coche y accionar los pedales de freno y acelerador, gira automáticamente el volante y deja el vehículo bien aparcado.

Hay que tener en cuenta que la no costumbre a la hora de aparcar puede acarrearnos un problema en el futuro, ya que si tenemos que cambiar de coche y no recordamos las referencias habituales que aprendemos desde la autoescuela hasta el día a día.

Nuestro consejo particular a la hora de estacionar es hacerlo en un sitio, siempre que sea posible, amplio y con espacio suficiente para luego, salir de forma cómoda, girar el volante de forma suave y cuadrar el coche en paralelo al que nos precede.

 

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