Tener una postura correcta cuando estamos conduciendo aumenta la seguridad del conductor al volante. Pero, ¿cuál es esa buena postura? Esta semana, te lo contamos de la mano de la DGT
Y es que no, el coche no es el chaise longue de casa donde recostarte e ir cómodo. La postura que adoptamos al volante determinará el nivel de gravedad de un accidente si llegáramos a sufrirlo.
Esto se debe a que, una buena postura, aporta mejore visibilidad en los espejos retrovisores, ajusta la distancia de los brazos al volante y la palanca de cambios y, además, determina el espacio en el que usaremos los pedales.
Por eso, esta semana la Dirección General de Tráfico ha compartido en sus redes una imagen que, como todas, dice más que mil palabras.
Con esta foto, nos recuerdan que es tan importante estar cómodo como adoptar una posición que nos permita reaccionar rápidamente en caso de imprevistos.
Si nuestro coche lo conduce alguien más o vamos a sentarnos ante un volante que no es el nuestro, es imprescindible ajustar el asiento y los retrovisores, y también el volante si fuera necesario. Recuerda que, como bien te enseñamos en la autoescuela, no es bueno ni estar muy pegado – típico de conductores nóveles o inseguros, ni muy separado.
Así, los brazos deben quedar un poco flexionados, con la espalda recta y lo más vertical posible. Respecto a las piernas, deben llegarnos fácilmente los pies al final del recorrido de los pedales y, a la vez, no rozar las rodillas en el salpicadero al retirarlos.
Por último, es hora de revisar los elementos de seguridad: el reposacabezas nunca debe estar por debajo de tu cabeza y, el cinturón de seguridad, siempre debe ir abrochado, bien colocado sobre el hombro izquierdo y sin cortar la zona del cuello.
Una vez regulados los retrovisores, es hora de iniciar la marcha con seguridad. Bon Voyage!
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