Aunque hoy brille el sol, estamos en febrero, mes por excelencia de lluvia, viento e incluso nieve. Para que no te pille sorprendido, hoy te enseñamos a conducir con ellos como compañeros de viaje. Porque la seguridad es nuestra prioridad, ¡no te pierdas estos consejos!
Luvia al volante
Todos lo sabemos: la lluvia viene acompañada de colas, atascos, problemas de agarre de los neumáticos… Es por ello que los accidentes de tráfico aumentan notablemente; pero siguiendo estos consejos, podemos evitar ser parte de las estadísticas.
- Limpiaparabrisas: es imprescindibles que los tengamos controlados. Que no funcionen puede ocasionar un problema. Todas las semanas, comprueba que está correcto.
- Los frenos, en perfecto estado. De vez en cuando, asegúrate de que estén bien. En tiempos de lluvia es más complejo detenerse. Recomendamos asimismo que, si no tenemos ABS, frenemos con máxima suavidad. Si lo tenemos, píselo a fondo: ¡para eso está!.
- Luces: sin ellas no nos verán. Si la lluvia es muy intensa, no se olvide de las antiniebla.
- Aumente la distancia de seguridad y gane tiempo para frenar en caso de emergencia.
- Aunque parezca una cuestión estética, la limpieza también es importante. Si a la dificultad natural le añadimos una que puede evitar, el problema será mayor.
- Active el climatizador para que no se empañen los vidrios.
- Lo más importante es evitar el aquaplanning. Para ellos, extreme las precauciones en charcos y lugares con agua acumulada.
Enemigo viento
La DGT advierte que, ante fuertes rachas de viento, comunes en las islas que habitamos, los riesgos son más elevados que, incluso con lluvia.
Sin embargo, el viento más peligroso es el que se conoce como ‘a empujones’. Son rachas que, por sorpresa, puedes desestabilizar tu vehículo hasta el punto de sacarle de la carretera. También puede darnos por la izquierda o la derecha, obstaculizando a otros vehículos y creando efectos de vacío o pantalla.
Sabiendo la teoría, lo que se complica es la práctica. ¿Cómo podemos actuar ante ello?. El consejo más sabio es reducir la velocidad, así como aumentar las distancias de seguridad, laterales y frontales. Las marchas cortas también nos ayudarán en la difícil tarea de combatirlo.
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