En verano da la casualidad de que aumenta el precio del carburante, con lo que nuestros bolsillos se resienten y tenemos que pensarnos si quedarnos en un sitio disfrutando del tiempo de ocio o, como a muchas personas les gusta, ir de un lado a otro buscando actividades entretenidas.
El estar de vacaciones y que suba el precio de la gasolina no nos alegra mucho, aunque es menos grave que tener que ir a trabajar a unos 30 o 40 kilómetros de casa y gastarnos una buena parte del sueldo en combustible. Pero por suerte, hay trucos para ahorrar en las facturas de repostaje.
- Mantener una velocidad constante y adecuada. Esto evita que el vehículo consuma más de lo esencial debido a acelerones y cambios de marcha innecesarios.
- Paciencia al arrancar. Cuando ponemos el coche en marcha, muchas veces arrancamos y salimos al momento, con lo que no hay espacio de tiempo suficiente para que el motor haga su función correctamente y se consume más combustible.
- Repartir y reducir las cargas del vehículo. Todos conocemos a aquellos conductores que “tienen de todo” en el maletero. Una carga innecesaria también consume más carburante. También recomendamos sujetar bien los elementos de carga adicionales para que no entorpezcan la conducción.
- Vigilar la presión de los neumáticos. Un vehículo con una presión inadecuada tarda más tiempo en reaccionar y el motor tiene que hacer un mayor esfuerzo para mantener una conducción óptima, por lo que consume más gasolina.
- Planificar la ruta con antelación. Debemos tener una ruta estudiada e intentar cumplirla, así ahorraremos al repostar. También es importante saber que, aunque el trayecto sea más corto, si atravesamos una ciudad, el consumo será un 30% mayor, de media, que en carretera.
- Apagar el motor. Si el coche va a permanecer parado más de 1 minuto, es mejor desconectar el motor y luego volver a arrancar, ya que el consumo de 1 minuto sin movimiento es de 0.13 litros (de manera estimada), con lo que, si tenemos que pararnos en 2 semáforos, luego comprar el pan y dejar un recado en un sitio, por poco que tardemos, se gasta más.
- Las ventanillas. Sabemos que hace calor, pero si el aire entra dentro del habitáculo, la resistencia que ofrece hace que el motor tenga que hacer un esfuerzo extra para moverse, con lo que, evidentemente, generará un mayor gasto en combustible.
- Evitar las acciones bruscas. Si quieres ahorrar un 2 % de gasolina, es mejor soltar el acelerador que usar mucho el freno. Una conducción preventiva y suave hace que nuestro bolsillo se encuentre en mejor forma.
- Dime cuánto revolucionas el coche y te diré lo que gastas en repostaje. A más revoluciones, mayor consumo, eso lo sabemos todos, pero también depende del tipo de motor. El diésel suele gastar menos, ya que puedes conducir entre las 1500 y las 2500 revoluciones, pero lo de gasolina necesitan un número de vueltas por segundo mayor. Para cambiar de marcha, en el 90 % de las ocasiones no necesitas llegar a las 3000 revoluciones, por lo que también ahorras en combustible.
- Aprovechar la inercia del coche. Dado que nuestras islas están llenas de bajadas y pendientes, puedes aprovechar el impulso del coche para ahorrar un poco más (siempre que se haga en condiciones de seguridad). Ya en las subidas, evita pisar el acelerador a fondo y, si el motor no responde, reduce una marcha.
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