Conducir con el “manos libres” es totalmente legal en nuestro país y, además, está bien visto por la sociedad. Dicho esto, es recomendable conocer los peligros que entraña conducir con “la mente en otro lado”.
Muchas veces, mientras circulamos, nos surge algún imprevisto personal o laboral que es mejor hablarlo en el momento. Para dichas ocasiones especiales, necesitamos un nivel de concentración superior que una conversación normal entre amigos o familiares, por lo que el peligro se encuentra ahí, en esas situaciones en las que, tanto la carretera como la conversación, necesitan un nivel alto de concentración.
En muchos estados modernos se están realizando estudios y pruebas con simuladores, comparando el impacto de una conversación telefónica con el sistema del “manos libres”, y, a su vez, con conductores con niveles de alcohol no permitidos. Los resultados no son muy esperanzadores, ya que, en situaciones de tráfico como circular cerca de un área escolar, cambiar de carril en la ciudad, respetar una señal de STOP o, simplemente, tomar decisiones en una rotonda y reaccionar a tiempo con distancias de seguridad cortas, se hacen más complicadas si mantenemos una conversación telefónica.
Es cierto que, en distancias largas para nosotros, como puede ser un trayecto de Santa Cruz de Tenerife a Los Cristianos, nos “aburrimos” al volante y aprovechamos para hacer una llamada, pero la recomendación de los expertos en conducción es escuchar música a un nivel normal o la radio.
Como ya conocemos los peligros de las distracciones, lo mejor es valorar si es tan urgente responder que esperar unos minutos a poder atender una llamada. Nuestra recomendación es parar en un lugar permitidos, resolver el problema y seguir nuestro camino.
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