Con los años y, atendiendo al número de personas que pierden la vida a causa de un accidente en la carretera, se ha hecho necesaria la investigación y el desarrollo de tecnología capaz de prevenir y evitar accidentes. Con estos datos, sabemos que un 93% de los accidentes son a causa de fallos humanos y, de este porcentaje, un 80% se deben a la falta de atención en los 3 segundos previos al accidente.
Desde las instituciones públicas hasta los fabricantes de vehículos, reúnen fuerzas para reducir el número de víctimas en la carretera a la mitad y que conducir sea un medio completamente seguro. Los datos hablan por sí solos, y es que en el 2016 perdieron la vida 1.810 personas. El objetivo de la DGT y del gobierno es reducir considerablemente esta cifra mediante los sistemas de asistencia a la conducción.
¿Cómo ayudan los sistemas de asistencia a la conducción?
Primero de todo, estos sistemas ayudan a eliminar el fallo humano con el objetivo de evitar un accidente, o al menos, a reducir sus consecuencias. Según un estudio de la DGT, la implantación de los ADAS (Advanced Driver Assistance Systems), reduciría el número de accidentes en un 57% con lo que cerca de 51.000 siniestros podrían evitarse o ver descendida su gravedad.
Los ADAS pueden ver, comprender y reaccionar según las condiciones de la vía por la que circulamos, si hay personas cerca, coches a nuestro alrededor u otro tipo de elemento que pueda causar un percance. Mediante un sistema de radares, lásers y cámaras, el vehículo puede frenarse ante la cercanía de un peatón, avisarnos de la salida de la calzada o del exceso de velocidad.
Entre los numerosos sistemas nuevos de seguridad y asistencia a la conducción que se están implantando por todo el mundo, los más destacados son el frenado automático de emergencia, la alerta precolisión, alerta de salida del carril o la medición de la distancia de seguridad.
Debemos de tener en cuenta que, según los datos del gobierno, el número de coches nuevos que tienen implantada la nueva tecnología es solo del 1% del total, con lo que, uno de los objetivos, es renovar el parque de vehículos en España, ya que más del 20% superan los 20 años de antigüedad y dos de cada tres coches tienen al menos 10 años.
Mientras la tecnología va avanzando, nuestro objetivo es enseñarles a conducir sin un sistema de detección de fatiga o un asistente de visión nocturna para que, cuando se implante en la totalidad de los vehículos, estemos preparados por si algo falla y confiar en nuestros sentidos.
Por nuestra parte, les recomendamos reducir la velocidad y aumentar la atención al volante, llevando a cabo una conducción preventiva.
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