Hay diversas circunstancias y situaciones que cambian con el tiempo. Cuando tenías 17 años no veías la hora de cumplir la edad reglamentaria para poder sacarte el permiso de conducir y hacer uso de la libertad que ofrece la movilidad en transporte privado. Ahora, con unos añitos más, puedes verte en la misma situación que antes de conducir, pero con el permiso en regla.
Lo primero que deberías plantearte es realizar unas prácticas de reciclaje. A partir aquí, pueden surgir miedos e inseguridades que se pueden pulir con el paso del tiempo y la práctica continua. ¿Qué más recomendaciones hay que seguir para conducir con seguridad?
En primer lugar, hay que tener claro que tener el carnet y saber conducir no es lo mismo, es decir, no son sinónimos. También estamos hablando de una persona, de unos treinta años que ha estado sin conducir desde la edad de los diecinueve o veinte años. Este hecho puede derivar en amaxofobia o, como se le conoce popularmente, miedo a conducir, donde la enfermedad va más allá de ciertas prudencias que se toman a la hora de coger el volante y que generan ansiedad y estrés. La amaxofobia la sufren en España 1 de cada 5 conductores y hay tratamientos específicos para tratarlas, como por ejemplo, hacer prácticas en circuitos cerrados y controlados en compañía de un psicólogo especializado.
Uno de los perjuicios de no poder conducir, teniendo el permiso, es que lo tengas que hacer por fuerza mayor, llegando a situaciones difíciles de solucionar y, además, que sea un hándicap a la hora de encontrar trabajo.
Desde nuestro punto de vista, les recomendamos hacer uso de clases de reciclaje para todos aquellos conductores que quieran volver a incorporarse a la jungla de asfalto. Siempre será más sencillo hacerlo con ayuda de un profesional, que esté acostumbrado a guiarte por aquellos puntos en los que puedas recuperar ciertos hábitos y automatismos perdidos durante los años sin coger un vehículo, además de mantener la calma y no generarte ningún tipo de estrés al volante (como pudiera ocurrir si avisamos a un familiar o amigo).
¿Cuáles son los elementos que hay que vigilar en la vuelta a la calzada?
Aunque parezca broma, lo que más olvidamos son los retrovisores y los intermitentes, es decir, sabemos para qué sirven pero perdemos la costumbre de utilizarlos adecuadamente.
Los retrovisores te avisan de lo que ocurre en la vía y de la posibilidad de incorporarte a la misma en condiciones de seguridad. En cambio los intermitentes sirven (sí, son obligatorios) para que los demás conductores vean e interpreten qué movimientos estás pensando hacer, es decir, hay que activarlos antes de girar el volante y no cuando ya está el vehículo invadiendo el otro carril.
Otro de los elementos importantes a tener en cuenta es la distancia de seguridad, que, desgraciadamente, genera muchos accidentes totalmente evitables, además de la práctica con la calzada mojada, donde hay que extremar la precaución y poner toda la atención en la carretera, manteniendo la calma en todo momento y no realizando maniobras bruscas.
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